Tribunas

¿Será este Sínodo telonero del Cónclave?

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Los nuevos cardenales del consistorio del 30 de septiembre de 2023.

 

 

 

 

 

 

Con el anuncio de los nuevos cardenales, -en breve hablaré de las conexiones españolas pasadas de uno de ellos-, se me ocurrió pensar si la celebración del Sínodo de la Sinodalidad, el hecho de que se estuviera celebrando con una segunda edición, no serviría como antesala de un futuro Cónclave. Es decir, que el Sínodo fuera telonero de lo que ocurrirá en un futuro.

Sobre todo en la perspectiva del encuentro entre cardenales, de sus relaciones, de su conocimiento mutuo. Ya he visto que algún medio norteamericano se ha hecho la misma pregunta. Con una respuesta similar, por cierto.

Esto no quiere decir que no vaya a ver más consistorios de nombramientos de cardenales. El futuro está abierto.

Hacer predicciones sobre lo que va a pasar en la Iglesia, sobre lo que va a ocurrir, sobre cómo van a discurrir determinados procesos, es cada vez más complejo.

Entre otras razones porque la previsibilidad de ciertas lógicas asentadas se han alterado. Es la dinámica que ha introducido el Papa Francisco.

Lo más evidente es que el Papa, con los nombramientos, esté diluyendo los grupos como suma de personas que tienen algo en común.

Bueno, está diluyendo los clásicos criterios que dan forma a grupos y está creando otros grupos basados en nuevos criterios, que se tienen que hacer operativos. Diluye y juega con el peso de los grupos. Decrece el de los cardenales de Curia, aumenta el de los misioneros, o titulares de sedes en las periferias más allá de las periferias, con lo que hace difícil el conocimiento entre ellos más allá de lo que publican los medios.

En este sentido, tendrán un papel más destacado las informaciones de los medios que les lleguen a los cardenales. No voy a decir que el Papa está dejando el futuro de la Iglesia en manos de los medios de comunicación, pero atentos a este aspecto.

En la actual Asamblea sinodal están participando sesenta y un cardenales. El Papa Francisco tiene 87 años y un jubileo a las puertas. Un Jubileo que hará que, de una forma u otra, los cardenales visiten Roma en varias ocasiones.

En el Sínodo están cardenales que ya no pueden votar, pero que son prescriptores de voto. Por ejemplo, el arzobispo emérito de Boston, el cardenal Sean O'Malley.

Vayamos a los nombres con voz y voto. El primero, el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano durante los últimos 10 años. Se le ha calificado como moderado, también por sus intervenciones en el Sínodo. Un nombre que, de una forma u otra, será clave.

Añadamos los nombres del cardenal Matteo Zuppi de Bolonia, Italia;  el cardenal Luis Tagle, en perspectiva decreciente; el cardenal Fridolin Ambongo, que sintetiza el sentir africano, en auge;  el cardenal español Cristóbal López Romero, del que algunos comienzan a hablar; el primado de México, el cardenal Carlos Aguiar, expresidente de CELAM; el cardenal uruguayo Daniel Sturla Berhouet; el cardenal Sergio da Rocha; el Cardenal Lázaro You Heung-Sik, prefecto surcoreano del Dicasterio para el Clero, que tiene una serie de patatas calientes que veremos; y el Cardenal Charles Maung Bo de Myanmar, ex jefe de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas. Por citar algunos.

Añadamos el cardenal Claudio Gugerotti, un italiano que dirige el Dicasterio para las Iglesias Orientales; el prefecto del Dicasterio de Cultura y Educación, el cardenal José Tolentino de Mendonça de Portugal; y de los Estados Unidos, el cardenal Robert Prevost, que no solo es prefecto del Dicasterio para los obispos, sino que dirige la Comisión Pontificia para América Latina.

Además de los clásicos, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de Obispos y el cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo sobre la Sinodalidad, muñidores del telonerismo.

También hay otros nombres que no están en el Sínodo que habrá que tener en cuenta.

 

 

José Francisco Serrano Oceja