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"Dilexit nos", la IV encíclica del Papa que nos ayuda a comprender el modo en que Cristo nos ama
Francisco escribe sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe
24/10/24
- Comprender cómo nos ama Jesús
- El mundo parece haber perdido su corazón
- La misión de enamorar al mundo
Sagrado Corazón de Jesús.
Vatican News.
«Dilexit nos», la cuarta Encíclica de Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento "sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo", invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos, explica Vatican News.
Abierta por una breve introducción y dividida en cinco capítulos, la Encíclica sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús recoge, "las preciosas reflexiones de anteriores textos magisteriales y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para volver a proponer hoy, a toda la Iglesia, este culto cargado de belleza espiritual".
Comprender cómo nos ama Jesús
Para el Director Editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Andrea Tornielli, "comprender cómo nos ama Jesús tiene que ver con el corazón: es una historia de gestos, miradas y palabras. Es una historia de amistad, un asunto del corazón".
En su editorial Tornielli, afirma que "hijos como somos del racionalismo griego, del idealismo postcristiano, del materialismo, y hoy en la cultura líquida del individualismo, luchamos por comprender plenamente que el cristianismo no es reducible a una teoría, a una filosofía, a un conjunto de normas morales, ni siquiera a una secuencia de emociones sentimentalistas. Es, por el contrario, un encuentro con una Persona viva".
El mundo parece haber perdido su corazón
Francisco explica que, encontrando el amor de Cristo, «nos hacemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de todo ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común», como nos invita a hacer en sus encíclicas sociales Laudato si ' y Fratelli tutti (217). Y ante el Corazón de Cristo, pide al Señor «que vuelva a tener compasión de esta tierra herida» y derrame sobre ella «los tesoros de su luz y de su amor», para que el mundo, «sobreviviendo entre guerras, desequilibrios socioeconómicos, consumismo y uso antihumano de la tecnología, recupere lo más importante y necesario: el corazón» (31).
El Director Editorial del Vaticano explica que es lo que ocurre cuando miramos a Jesús actuar: "Mirándole actuar, vemos que Jesús «presta toda su atención a las personas, a sus preocupaciones, a sus sufrimientos». Lo que el Nazareno propone es «la mutua pertenencia de los amigos». Él ha venido, Él ha superado todas las distancias, Él se ha hecho tan cercano a nosotros como las cosas más sencillas y cotidianas de la existencia. De hecho, Él tiene otro nombre, que es «Emmanuel» y significa «Dios con nosotros», Dios cercano a nuestras vidas, viviendo entre nosotros. El Hijo de Dios se encarnó» y se vació haciéndose siervo y sacrificándose por amor".
La misión de enamorar al mundo
La Encíclica recuerda de nuevo con san Juan Pablo II que «la consagración al Corazón de Cristo «debe asimilarse a la acción misionera de la Iglesia misma, porque responde al deseo del Corazón de Jesús de propagar en el mundo, a través de los miembros de su Cuerpo, su entrega total al Reino». En consecuencia, a través de los cristianos, «se derramará el amor en el corazón de los hombres, para que se edifique el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia y se construya también una sociedad de justicia, paz y fraternidad» (206). Para evitar el gran riesgo, subrayado por san Pablo VI, de que en la misión «se digan muchas cosas y se hagan muchas cosas, pero no se pueda provocar el feliz encuentro con el amor de Cristo» (208), necesitamos «misioneros en el amor, que aún se dejen conquistar por Cristo» (209).
La encíclica entera se puede leer en este enlace.