De Libros
Diagnóstico de cincuenta años de cultura española en democracia
El periodista y literato Sergio Vila-Sanjuán documenta la historia cultural de España desde la transición hasta nuestros días sin hacer referencia a la fecundidad cultural de la fe
José Francisco Serrano Oceja | 02/12/24
Escribe el periodista y literato Sergio Vila-Sanjuán esta crónica documentada, detallada, de la cultura española en estos últimos 50 años (1975-2024).
Director del suplemento de cultura de La Vanguardia, Vila-Sanjuán es una de las personas más acreditadas para poner en valor no sólo nombres, datos, tendencias, ideas de fondo, que son las que nos van a ocupar en esta reseña.
Perspectiva histórica
Me permitirán los lectores que sintetice, por tanto, sus tesis a modo de mosaico en perspectiva histórica.
Años setenta: “La cuestión cultural constituye, efectivamente, una de las claves de la restauración de la democracia en España. La política opositora al franquismo había hecho de ella un signo de identidad –a menudo vinculada al Partido Comunista-…” afirma.
Esta situación permite hablar, como escribió José Carlos Mainer, de “una cultura de la Transición, pero de una Transición vivida como cultura”.
Años ochenta
Años ochenta. Nos adentramos en un espíritu cultural que acompañó ese momento y que se presentaba como “joven, moderno, colorista y hedonista, en consonancia con las ganas de hacer tabla rasa respecto a la pesada losa del pasado franquista español, del que al filo del cambio de década ya nadie quería oír hablar”.
Hablamos del desarrollo de un Estado cultural que conectaba con un axioma de la Transición: “La izquierda cuida a la cultura, y la cultura cuida a la izquierda”.
Dice nuestro autor al final de su capítulo sobre los 80, que “los populares dejan pasar una vez tras otra las oportunidades de establecer primero y gestionar después un discurso cultural conservador puesto al día, alternativo al de la izquierda pero también al populismo extremista en auge, como así lo elaboran sus iguales ideológicos de Francia, Gran Bretaña o Alemania. Un discurso necesario para centrar el debate de las ideas”.
Años noventa
Años 90. Se da por terminada la psicología nacional del cambio y la Transición para dar paso, en el primer decenio del siglo XXI, a la recuperación del recuerdo reprimido, al que se sumará la crisis económica, que lo es social y cultural, y en el que emergen con fuerza fenómenos culturales como el nuevo feminismo, entre otros. Se asientan las bases de la ruptura con la Transición a partir de una relectura ideológica del pasado, memoria histórica.
Siglo XXI
Segundo y tercer decenio del siglo XXI. La cultura no es una cuestión prioritaria, descenso de la inversión cultural, el Covid, en España no existe la excepción cultural como en Francia. Aparece una nueva generación también en el ámbito de lo liberal-conservador y se va imponiendo una cultura digitalizada.
Conclusión
Conclusión de Vila-Sanjuán: “En su diferentes apartados –la creación, la gestión y la industria- la cultura democrática ha constituido una aportación sustantiva y a menudo brillante, que niveló déficits históricos, pero al mismo tiempo con insuficiencias; nutrida de proyectos no siempre concluyentes y conflictos, y también cesiones y pactos pocos altruistas”.
Una nota final. En estas más de cien páginas sobre cultura española no hay ni una sola referencia a la fecundidad cultural de la fe y de un catolicismo que haya tenido incidencia. Algún nombre de intelectuales y personas de referencia cultural cristianos aparecen, escasísimos.
Dicho lo cual, esta memoria ¿no tendría que dar que pensar?
Sergio Vila-Sanjuán,
Cultura española en democracia.
Destino.