Tribunas

Mike Aquilina y su diagnóstico del catolicismo

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Mike Aquilina.

 

 

 

 

 

 

Mike Aquilina es un laico, casado, periodista y prolífico escritor norteamericano.

Experto en Patrística, es cofundador del Centro de teología bíblica San Pablo. Es uno de los escritores católicos más reconocidos del catolicismo norteamericano. Además es autor de un oído podcast sobre patrística.

Vamos, una referencia de esa teología, también divulgativa, que se está haciendo en los EE.UU, nada que ver con lo que pasa por aquí y con la que se hace por aquí, si es que se hace, que se hará.

Acaba de conceder una entrevista a Paloma López Campos, publicada en “Omnes”. Una entrevista de un gran interés que, lógicamente, no voy a reproducir aquí íntegramente, pero que invito a los lectores a que no se la pierdan.

La Escuela de los Padres de la Iglesia hace posible que nuestro juicio sobre la realidad eclesial se mantenga alejado de los fáciles esquematismos, modelos, o marcos mentales al uso.

La Escuela de los  Padres no es una Escuela cuya distancia con la actualidad es infinita. Es más próxima de lo que pensamos. Nos separa el progreso material, el progreso en la acumulación de tiempo vivido y experimentado. Pero el sujeto humano, el sujeto cristiano es el mismo. Es novedosa la forma que adquieren las virtudes y los defectos.

Últimamente echo en falta una predicación sobre la esencia del cristianismo basada en la Escuela de los Padres. Incluso una general disposición a dar respuesta a las preocupaciones que proponían los Padres de la Iglesia.

Estamos demasiado obsesionados en lo inmediato, en lo contemporáneo, y quizá perdemos con frecuencia la perspectiva de la tradición que nos constituye. Hay que tener cuidado con los efectos del virus del presentismo, del “adanismo”.

La Escuela de los Padres ofrece suficientes criterios para un juicio sobre la realidad certero. No es arqueología, ni arcaísmo. Es arraigo frente a desarraigo; es vida frente a mero futuro, expectativa y deseo voluntarista.

¿Por qué es importante que no perdamos de vista las raíces de la Iglesia?, le preguntan a Mike Aquilina.

Responde: “Las fuentes antiguas nos estabilizan. Nos ayudan a comprender lo que puede cambiar y lo que debe permanecer constante. Vemos que Atanasio estaba dispuesto a defender en solitario la fe nicena, que creía que era una articulación clara de la fe apostólica. Estaba dispuesto a sufrir las consecuencias, porque la verdadera doctrina vale la pena. Pero, recordemos, también fue instrumental en la elaboración de un nuevo desarrollo – el uso del lenguaje filosófico para iluminar la vida de la Trinidad”.

No olvidemos que, señala Mike Aquilina, “las grandes mentes de los dos últimos siglos han enseñado sistemáticamente que la renovación vendrá de un nuevo encuentro con las fuentes de la tradición cristiana: la Escritura, la liturgia y los Padres. Este era el deseo de Newman, Gueranger, Danielou, De Lubac, Quasten. Fue una de las ideas impulsoras del Concilio Vaticano II”.

Y, por último, dejo la coda de la entrevista. “Tiene un libro –le pregunta la periodista - hablando sobre la historia del papado. Hoy muchos critican al Papa Francisco, sin embargo, usted asegura que todo pontificado es la historia de un triunfo. ¿Qué significa esto? ¿Cómo lo aplica al Papa Francisco?

- No me corresponde juzgar al Papa Francisco. No veo ninguna disposición para ello en el derecho canónico. No veo la necesidad de añadir mi propia voz a las miles que llenan las redes sociales con sus imprudentes pronunciamientos. Puedo tener opiniones sobre una u otra de las acciones del Santo Padre. Puedo tener una opinión sobre su estilo personal. Pero he leído suficiente historia para saber que mis opiniones podrían estar muy equivocadas. Y gente buena ha hecho mucho daño a lo largo de los siglos oponiéndose al vicario de Dios. Sí, está Santa Catalina de Siena, ¡pero no puedo reclamar ninguna de sus credenciales para mí!”.

 

 

José Francisco Serrano Oceja