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30/10/25 | Zenón de Elea
El Papa León XIV muestra
la carta apostólica «Diseñar nuevos mapas de esperanza»
tras su firma el 27 de octubre de 2025
en la Basílica San Pedro.
El pasado 28 de octubre, el Papa León XIV publicó el segundo documento de su pontificado: una Carta Apostólica, titulada Diseñar nuevos mapas de esperanza con motivo del 60º aniversario de la Declaración conciliar Gravissimum Educationis que firmó Pablo VI en 1965.
Este documento renueva el de Pablo VI y sitúa la educación católica no como un accesorio, sino como “la trama misma de la evangelización”.
Dice el Papa: "La Declaración Gravissimum Educationis no ha perdido nada de su fuerza. Desde su recepción, ha surgido un firmamento de obras y carismas que aún hoy guían el camino: escuelas y universidades, movimientos e institutos, asociaciones laicas, congregaciones religiosas y redes nacionales e internacionales. Juntos, estos organismos vivos han consolidado un patrimonio espiritual y pedagógico capaz de navegar el siglo XXI y responder a los desafíos más apremiantes".
En este documento, el Santo Padre reafirma que "el Evangelio no envejece, sino que hace nuevas todas las cosas" (Ap. 21,5).
El núcleo de la Carta educativa es una visión de la persona humana como centro de la educación: "Una persona no es un «perfil de competencias», no se reduce a un algoritmo predecible, sino que es un rostro, una historia, una vocación", dice León XIV.
De igual modo, el Papa subraya que "la educación no es solo transmisión de contenidos, sino aprendizaje de virtudes. Se forman ciudadanos capaces de servir y creyentes capaces de dar testimonio, hombres y mujeres más libres, que ya no están solos".
La Carta aborda asimismo los retos de los espacios formativos del siglo XXI. En este sentido afirma: "La escuela católica es un entorno en el que se entrelazan la fe, la cultura y la vida. No es simplemente una institución, sino un entorno vivo en el que la visión cristiana impregna todas las disciplinas y todas las interacciones".
Por otro lado, ante la tecnología y la era digital, advierte: "El punto decisivo no es la tecnología, sino el uso que hacemos de ella. La inteligencia artificial y los entornos digitales deben orientarse hacia la protección de la dignidad, la justicia y el trabajo; deben regirse por criterios de ética pública y participación; deben ir acompañados de una reflexión teológica y filosófica a la altura".
Finalmente, el Papa León XIV escribe: "Desarmen las palabras, levanten la mirada, custodien el corazón".
Con estos tres retos, invita a educadores, familias, estudiantes y comunidades a asumir una educación que no solo forme técnica o intelectualmente, sino que sea portadora de esperanza, humanización y fraternidad. "La educación católica puede ser un faro: no un refugio nostálgico, sino un laboratorio de discernimiento, innovación pedagógica y testimonio profético. Diseñar nuevos mapas de esperanza: esta es la urgencia del mandato".
Por otra parte, vale destacar que el próximo 1 de noviembre de 2025, el Papa León XIV nombrará Doctor de la Iglesia al San John Henry Newman, y lo declarará co-patrón de la educación católica. Esta decisión no solo reconocerá la historia y la contribución de Newman al diálogo entre fe y razón, sino que armoniza con la visión educativa que la Carta propone: una educación integral, con sentido, que compromete al corazón, a la comunidad y al futuro.
En síntesis, la publicación de esta Carta Apostólica junto con el nombramiento de Newman ofrecen un doble impulso al mundo de la educación católica: mirar hacia adelante sin descuidar las raíces, fomentar una pedagogía de la persona, de las virtudes, del servicio, y asumir con valentía los desafíos contemporáneos. En un momento en el que la educación puede quedar reducida a competencias técnicas o a resultados económicos, el Papa nos recuerda que educar es formar libres, ciudadanos y creyentes que vinculan saber, vida, sentido y amor al prójimo.