Diócesis

 

La comunidad de las Esclavas del Santísimo Sacramento abandona Jerez ante la falta de vocaciones

 

Otras circunstancias son la necesidad de reagrupar comunidades y que el contrato de cesión del convento donde estaban ubicadas vence el 28 de noviembre

 

 

 

06/11/25


 

 

 

Una histórica comunidad de clausura abandona Jerez tras más de cinco décadas de servicio, en un movimiento que pone de relieve los retos de las vocaciones y el futuro de un edificio religioso en el centro de la ciudad.

 

 

 

  1. La marcha de una comunidad monástica en Jerez
  2. Una presencia de más de medio siglo
  3. ¿Qué sucede con el convento y el templo?
  4. Misa de despedida
  5. El destino del convento

 

 

 


El obispo de Jerez, José Rico Pavés,
con las hermanas del Santísimo Sacramento
en una imagen tomada con motivo del 50 aniversario
de esta congregación en Jerez.

 

 

 

La marcha de una comunidad monástica en Jerez

La congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada ha anunciado que abandonará la ciudad de Jerez de la Frontera a lo largo de este mes de noviembre, tras 51 años de presencia en la diócesis.

Según su comunicado, los principales motivos son la “falta de vocaciones” y la “necesidad de reagrupar comunidades” ante la disminución de miembros, según informa Diario de Jerez.

Además , el contrato de cesión del convento donde estaban ubicadas –el Convento de las Madres Reparadoras, en la calle Chancillería, propiedad de las RR. Reparadoras– vence el 28 de noviembre, lo que precipita su salida.

 

Una presencia de más de medio siglo

La congregación se instaló en Jerez el 24 de noviembre de 1974 y se fundó originalmente en Granada en 1948. Durante todos esos años, la comunidad desarrolló su carisma de vida contemplativa, adoración eucarística y clausura.

Para la Diócesis de Asidonia Jerez, esta salida representa “un profundo dolor porque la ciudad pierde una comunidad monástica que garantizaba mantener un templo abierto para la celebración de la Santa Misa, la liturgia de las Horas y la adoración eucarística”.

 

¿Qué sucede con el convento y el templo?

La clausura pone en cuestión el futuro del espacio: el convento, junto a su iglesia y su templo, quedan sin la comunidad que los atendía. El Obispado jerezano reconoce que “ignoramos qué uso harán del convento y su templo las RR. Reparadoras” al término de la cesión.

Por su ubicación céntrica y el valor arquitectónico del edificio, el asunto ha generado preocupación en el ámbito eclesiástico y social de Jerez, al quedar “huérfano de orden religiosa que lo atienda”, según Andalucía Información.

"Damos gracias a Dios por la presencia en Jerez, durante más de medio siglo, de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada. Su vida entregada a la adoración eucarística desde la clausura monástica es una invitación gozosa a acudir al encuentro de Jesucristo, nuestra esperanza, de manos de María Inmaculada", dice el comunicado de la diócesis.

 

Misa de despedida

El próximo domingo 9 de noviembre se celebrará una Misa en la que "uniremos a la acción de gracias la oración de petición, para que el Señor bendiga con santas y abundantes vocaciones a la Congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada", señala la diócesis jerezana.

 

El destino del convento

La salida de esta congregación no es un hecho aislado. En muchas diócesis españolas, las órdenes de vida contemplativa enfrentan retos estructurales similares: escasez de vocaciones, envejecimiento de miembros, y dificultades para mantener inmuebles históricos.

La decisión de las Esclavas del Santísimo Sacramento se funda en realidades concretas: falta de nuevas religiosas, la necesidad de reagruparse para asegurar la viabilidad del carisma, y el vencimiento de un contrato que permitía su presencia física.

Aunque la marcha produce una sensación de pérdida —para la diócesis, para el barrio y para quienes valoran la presencia de vida contemplativa en espacios urbanos—, también abre la puerta a que se repiense la misión de estos lugares: ¿Será ocupada por otra comunidad?, ¿Se destinará a nuevos fines pastorales o culturales?, ¿Cómo se conservará el espíritu de adoración que albergaba?