Iglesia-Estado

 

El arzobispado de Barcelona aclara: En el Hospital de Sant Pau, vinculado a la archidiócesis, no se practicarán abortos

 

Los provida escandalizados, después de que el centro sanitario haya anunciado que habilitará un espacio en otro hospital para atender los abortos quirúrgicos. Acusan al arzobispado de claudicación moral

 

 

 

18/11/25 | Marta Santín


 

 

 

La polémica en torno al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau ha estallado de nuevo tras el anuncio de que el centro habilitará un espacio en otro centro, el Hospital Dos de Maig para atender abortos quirúrgicos. La noticia, que reabre un debate arrastrado desde 2012, ha provocado una ola de reacciones, especialmente entre grupos provida de la ciudad, que acusan al arzobispado de Barcelona de “claudicación moral”.

 

 

 

  1. "Presiones eclesiásticas"
  2. Un representante del Capítulo de la Catedral Basílica de Barcelona
  3. Bofetada a la conciencia cristiana de Barcelona
  4. “La Iglesia abandonará el Sant Pau si se practican más abortos”
  5. Nota del Cabildo de la Catedral de Barcelona
  6. "Defensa de la vida humana en todas sus etapas"
  7. Una forma indirecta de colaboración

 

 

 


Elisa Llurba, jefa de Ginecología y Obstetricia
del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau.

Fuentes: Redes Sociales.

 

 

 

Ante el revuelo, el Cabildo de la Catedral ha difundido una nota aclaratoria en la que asegura que Sant Pau “no practicará abortos” y que “nada ha cambiado” en su praxis habitual.

 

"Presiones eclesiásticas"

La controversia se desencadenó a raíz de la publicación del Diari de Barcelona y otros medios en el que anunciaba que “el Hospital de Sant Pau habilitará un espacio en el Dos de Maig para atender los abortos quirúrgicos”.

La noticia afirmaba: “El espacio se activará el 17 de noviembre después de años de polémica y presión social a raíz del veto al aborto en Sant Pau en el 2012. El servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Sant Pau dispondrá a partir del próximo lunes, 17 de noviembre, un espacio para llevar a cabo abortos quirúrgicos en el Hospital Dos de Maig. Lo ha anunciado en el Diari de Barcelona Elisa Llurba, responsable de la unidad. Con esta medida, los equipos médicos del hospital volverán a practicar este procedimiento, después de que en el 2012 detuvieran su realización por motivos religiosos.”

El texto añadía, además, que el centro —aunque financiado mayoritariamente con fondos públicos— dejó de practicar abortos en 2012 “por presiones eclesiásticas” derivadas de la presencia de representantes del Capítulo Catedralicio de Barcelona en su patronato. Durante más de una década, según la misma información, las pacientes fueron derivadas al Hospital Clínic.

 

Un representante del Capítulo de la Catedral Basílica de Barcelona

El Diari de Barcelona aportaba también declaraciones de Elisa Llurba, jefa del servicio desde 2017, quien defendía que el hospital no se había negado a practicar abortos por objeción del equipo sanitario sino, principalmente, por “problemas de logística”, añadiendo que “el centro no tiene la suficiente capacidad ni espacio” para asumir determinados procedimientos. La doctora subrayaba que aproximadamente “el 80% del servicio de hospitalización y ginecología de carácter médico no son objetores”.

Se da la circunstancia, como mencionamos, que en el patronato del Hospital de Sant Pau figura un representante designado por el Capítulo S.E. Catedral Basílica de Barcelona, identificado en la web oficial como Jaume Padrós i Selma.

 

Bofetada a la conciencia cristiana de Barcelona

La noticia dio pie a una fuerte reacción en sectores provida de Barcelona, que exigieron al cardenal Juan José Omella una posición contundente. Entre las reacciones más destacadas se encuentra el artículo del padre Custodio Ballester Bielsa, publicado en Germinans germinabit bajo el título “La trampa saducea de los abortos en el Hospital de Sant Pau”. En él, el sacerdote expresa su rechazo frontal:

“La noticia publicada por el Diari de Barcelona el pasado 10 de noviembre, que anuncia la habilitación de un espacio en el Hospital Dos de Mayo —fáctica extensión del Hospital de Sant Pau— para practicar abortos ‘quirúrgicos’ (aquellos en los que la ecografía nos muestra al bebé de unos cuantos meses), no es solo un escándalo sanitario. Es una bofetada a la conciencia cristiana de Barcelona. Y lo que es aún más grave: si se acaba realizando, será la prueba definitiva de la claudicación moral del Arzobispado de Barcelona, que habrá optado por mirar hacia otro lado antes que enfrentarse a la Generalitat del ‘católico’ presidente Illa y defender la vida inocente”.

 

 

 


Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
Fuente: Wikipedia. Por Canaan - Trabajo propio.

 

 

 

“La Iglesia abandonará el Sant Pau si se practican más abortos”

Ballester Bielsa recuerda que, en 2015, el sacerdote José Ramón Pérez —entonces representante del Capítulo Catedralicio en la administración sanitaria— llegó a advertir que “la Iglesia abandonará el Sant Pau si se practican más abortos”, y que incluso habló de “bloquear el funcionamiento del centro” y “morir matando”, si fuese necesario.

El sacerdote critica ahora el silencio actual del Cabildo: “¿Dónde están ahora esas voces? ¿Dónde está la resistencia? ¿Dónde está el Cabildo Catedralicio? Hasta ahora silencio. Silencio cómplice. Silencio culpable.”

Su artículo subraya que Sant Pau dejó de practicar abortos durante más de diez años gracias a la presión ejercida por grupos católicos que se manifestaron durante cinco años ante el hospital, una postura que —según el texto— contó con el apoyo explícito del cardenal Omella. Sin embargo, Ballester denuncia que “bajo la presión de grupos feministas y la imposición de una Generalitat y un Ayuntamiento que legislan contra la ley natural, esa luz se apaga”.

La acusación más dura recae sobre el supuesto consentimiento tácito de las autoridades eclesiásticas: “Y lo hacen dando a entender que cuentan con la bendición tácita de quienes fueron constituidos como guardianes de esos valores.”

 

Nota del Cabildo de la Catedral de Barcelona

Ante la polémica y las crecientes acusaciones, el Arzobispado de Barcelona publicó ayer una Nota del Cabildo de la Catedral de Barcelona”, en la que expone que ha solicitado aclaraciones a la gerencia del Hospital de Sant Pau y que el propio centro ha respondido con una explicación detallada sobre su situación administrativa dentro del sistema sanitario catalán.

La nota afirma que la incorporación de la interrupción voluntaria del embarazo a la cartera de servicios del sistema público en 2010, y su modificación en 2023, obliga a garantizar el acceso de las mujeres a esta prestación en determinados supuestos. Según la respuesta trasladada al Cabildo, en julio de 2025 la Direcció General d’Ordenació i Regulació Sanitària autorizó al Consorci Sanitari Integral–Hospital Dos de Maig como centro encargado de prestar estos servicios en el Eixample Derecho, excluyendo en la práctica al Hospital de Sant Pau de la contratación de tales procedimientos.

La nota recoge literalmente:

 

“El Hospital Dos de Maig en base a su autonomía de gestión decidirá en todo momento cómo organizar los recursos y profesionales necesarios para prestar este servicio.”

 

 

"Defensa de la vida humana en todas sus etapas"

Y precisa sobre Sant Pau:

 

“Por lo que respecta al Hospital de la Santa Creu y Sant Pau en base a los compromisos institucionales, como ya ha hecho hasta la actualidad, sigue derivando a las mujeres que tienen que someterse a esta prestación a los dispositivos acreditados por el Departament de Salut […] manteniendo en todo momento la trazabilidad de la información clínica relevante”.

 

El texto concluye asegurando:

 

“Atendiendo a estas aclaraciones, que ponen de manifiesto que nada ha cambiado en la praxis mantenida hasta ahora por el Hospital de Sant Pau respecto a la no práctica de abortos, el Cabildo de la Catedral reitera su compromiso inequívoco con la defensa de la vida humana en todas sus etapas”.

 

 

Una forma indirecta de colaboración

Esta aclaración busca sofocar las críticas, pero no ha frenado el malestar entre colectivos católicos, que consideran insuficiente la respuesta y continúan afirmando que el Arzobispado está actuando con “ambigüedad” y “pasividad”, según fuentes consultadas entre estos grupos por Religión Confidencial.

Para estos grupos, el simple hecho de que un hospital estrechamente vinculado a la Iglesia facilite recursos en otro centro supone una forma indirecta de colaboración con la práctica abortiva.

Mientras tanto, desde el ámbito médico se insiste en que la reorganización competencial responde a instrucciones del Departament de Salut y a la obligación legal de garantizar la prestación sanitaria, especialmente desde la reforma de 2023.

La polémica no parece terminar aquí. La activación del espacio para abortos quirúrgicos en el Hospital Dos de Maig —prevista para el 17 de noviembre— promete mantener vivo un debate que, desde 2012, enfrenta convicciones religiosas, normativa sanitaria y exigencias sociales contrapuestas. El Arzobispado, por su parte, afirma que Sant Pau no practicará abortos. Los grupos provida, en cambio, esperan más que una aclaración administrativa: quieren un gesto inequívoco de firmeza ante lo que consideran una cuestión de conciencia.