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Las ex carmelitas, al parecer, residen todavía en el antiguo convento. El obispo no cree probable que ninguna institución eclesiástica reclame la supuesta propiedad de las ex monjas
04/12/25 | M. S.
En la diócesis de Fort Worth (Texas) arranca un nuevo capítulo tras la supresión decretada por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica de un monasterio carmelita que había protagonizado una prolongada polémica, un caso al que se le ha comparado con las ex clarisas de Belorado españolas.
- Seis monjas nuevas en un nuevo monasterio
- Un convento financiado por fieles diocesanos
- Una investigación canónica del obispo
- No fueron excomulgadas
- Las ex monjas rechazaron la decisión del Vaticano
- ¿Siguen residiendo en el antiguo convento?
- La diferencia con las de Belorado
- La Iglesia norteamericana no reclamará el convento
En la imagen aparece la
Hermana Teresa Agnes Gerlach de Jesús Crucificado,
ex priora del Monasterio de la Santísima Trinidad en Arlington,
Texas.
Foto de OSV News/(cortesía de Matthew Bobo).
Seis monjas nuevas en un nuevo monasterio
Según informa The Pillar, el obispo Michael F. Olson ha anunciado que seis monjas, procedentes de monasterios carmelitas afiliados a la Asociación Cristo Rey de Monasterios Carmelitas Descalzos, una federación de monasterios carmelitas de todo el país, establecerán un nuevo monasterio en el condado de Cooke, al norte de Fort Worth. A ellas podrían sumarse dos mujeres en formación.
En una declaración del 2 de diciembre publicada por la diócesis de Fort Worth, Olson anunció “con profunda alegría y gratitud a Dios” que el Vaticano había “otorgado permiso para el establecimiento de un Monasterio Carmelita Descalzo en el norte del condado de Cooke, Texas, en la Diócesis de Fort Worth”.
Un convento financiado por fieles diocesanos
El nuevo monasterio, el Carmelo de Jesús Crucificado, comenzará su vida comunitaria con la celebración de la Misa el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en una sede provisional. Posteriormente, las monjas planean establecerse en un lugar permanente, cuya construcción esperan emprender el próximo año. La financiación inicial proviene de fieles diocesanos.
"Así que es realmente un nuevo comienzo", dijo Olson a The Pillar. "Un nuevo comienzo. Sin mirar atrás, miramos hacia adelante".
El prelado definió el nuevo monasterio como “un momento de extraordinaria gracia” para la Iglesia local, destinado a irradiar “la belleza de la vida contemplativa” hacia el mundo, mediante la oración, el silencio, el trabajo y el sacrificio. Agregó que esta comunidad será de “vida oculta, en buen sentido”: clausurada, pero no secreta.
Una investigación canónica del obispo
El anuncio del nuevo monasterio llega poco más de un año después de que el Vaticano decretara la supresión del anterior, el Monasterio de la Santísima Trinidad, con sede en Arlington. La controversia entre la Diócesis de Fort Worth y el Monasterio Carmelita de la Santísima Trinidad comenzó en abril de 2023, cuando el obispo Olson inició una investigación canónica sobre la presunta conducta de la Madre Teresa Agnes Gerlach, quien supuestamente había admitido haber roto su voto de castidad con un sacerdote inicialmente anónimo.
En noviembre de 2024, la autoridad eclesiástica declaró el monasterio “extinto” —es decir, carente ya de miembros— tras la destitución de cinco monjas profesas solemnes y una novicia.
No fueron excomulgadas
Esta medida canónica obedeció a cargos graves: además del mencionado, la acusación de apostasía o “defección notoriosa de la fe” —un delito de cisma— contra esas religiosas. Sin embargo —y aunque fueron penalmente destituidas— las monjas no fueron declaradas excomulgadas, y no se han publicado documentos públicos al respecto.
Pero el asunto se intensificó y llegó a involucrar una demanda de un millón de dólares presentada por las monjas contra Olson, seguida de imágenes publicadas por la diócesis de Fort Worth que pretendían mostrar mesas dentro del monasterio llenas de grandes cantidades de parafernalia de drogas. El Vaticano apoyó a Olson.
Las ex monjas rechazaron la decisión del Vaticano
Tras la destitución, las mujeres rechazaron la decisión del Vaticano, declarando que no aceptaban haber sido expulsadas de la vida religiosa. «Los votos que hemos profesado a Dios no pueden ser anulados ni quitados» —afirmaron—, y aseguraron que proseguirían su vida de oración y sacrificio conforme al carisma carmelita.
Las ex monjas contaron con el apoyo del ahora excomulgado arzobispo Carlo María Viganò, y llegaron incluso a celebrar misas ilícitas con sacerdotes sin facultades entre ellos uno acusado de abuso sexual infantil. Además, anunciaron su asociación con la Sociedad San Pío X FSSPX organización tradicionalista con estatus canónicamente irregular, afirmando que contaban con su “jurisdicción proporcionada” para asegurar su vida sacramental.
¿Siguen residiendo en el antiguo convento?
Aunque no hay claridad absoluta sobre cuántas de estas mujeres siguen residiendo en el antiguo monasterio —negándose a entregar la propiedad—, la documentación civil revela que antes de su destitución transfirieron el título legal de la finca a una fundación sin ánimo de lucro creada por simpatizantes y benefactores, incluido el presidente de la Universidad de Gonzaga, que es hermano de una ex monja.
Esa fundación está encabezada por el abogado de las ex carmelitas, Matthew Bobo, y la sede de la organización sin fines de lucro compartía una dirección legal con su oficina de abogados.
El derecho canónico que regula la supresión de los monasterios extintos, establecido en el Cor orans del Vaticano, parecería indicar que la propiedad del monasterio pasaría a la Asociación Carmelita de Cristo Rey, la federación de monasterios carmelitas a la que había pertenecido el antiguo Carmelo en Estados Unidos.
Si bien la medida sería considerada una enajenación inválida según el derecho canónico, aparentemente tenía la intención de distanciar la propiedad de la supervisión canónica y garantizar que las ex monjas pudieran hacer uso de su monasterio independientemente de la decisión del Vaticano sobre su futuro.
La diferencia con las de Belorado
Esta misma maniobra es la que pretendían hacer las ex monjas de Belorado, pero las leyes españolas se lo han impedido: no han podido constituir una asociación civil.
La diferencia también entre las ex clarisas españolas con las ex carmelitas de Texas, es que la comunidad de Belorado no se ha declarado extinguida porque la constituyen las cinco monjas mayores que no firmaron el cisma, y, por lo tanto, son las que forman la comunidad y son las propietarias del monasterio.
La Iglesia norteamericana no reclamará el convento
Pese a esas maniobras, fuentes citadas por The Pillar aseguran que no parece probable que ninguna institución eclesiástica intente reclamar oficialmente la propiedad de los terrenos, y el propio obispo Olson ha declarado que su intención es dedicar todos sus esfuerzos al nuevo monasterio, sin mirar atrás.
El abogado de las ex carmelitas de Texas, ha argumentado durante mucho tiempo que la investigación de Olson sobre el monasterio estuvo motivada por el deseo de ver a la diócesis confiscar los bienes inmuebles de las ex monjas, mientras que el obispo la diócesis ha reiterado que no tiene planes sobre el antiguo convento y que tiene la intención de centrar sus esfuerzos en ayudar al monasterio recién establecido.
Así, la diócesis de Fort Worth parece haber puesto fin a una crisis prolongada: un antiguo carmelo en disputa, marcado por acusaciones graves, escándalo público y reclamos de poder, dará paso a una nueva fundación carmelita que busca empezar desde cero con el aval del obispo y del Vaticano.