Católicos
Miles de devotos aguardan hasta cinco horas de cola para ver la sagrada imagen tras su polémica restauración
10/12/25 | Marta Santín
La emoción desbordó Sevilla durante tres días de colas interminables para volver a ver a la Esperanza Macarena tras su restauración. Miradas, lágrimas y un reencuentro histórico que devuelve la calma a miles de devotos.
- "Esta preciosa. Ha recuperado su mirada"
- Conserva intacta su policromía original
- Videos de devotos rompiendo a llorar
- No se han presentado denuncias
Miles de devotos venerando a la La Sagrada Imagen
de María Santísima de la Esperanza Macarena.
Foto: Hermandad del Rocío de la Macarena.
Sevilla volvió a latir este 8 de diciembre como solo sabe hacerlo cuando la Esperanza Macarena se ha convertido en el centro del corazón de la ciudad. En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, y tras meses de incertidumbre, debate y expectación, María Santísima de la Esperanza Macarena fue repuesta al culto después del proceso de restauración llevado a cabo por el conservador Pedro Manzano Beltrán.
Para miles de sevillanos y devotos de toda España, la jornada marcó un antes y un después. Era el día más esperado. Era el reencuentro.
Hasta cinco horas de cola
Desde las primeras luces del alba —la Basílica abrió sus puertas a las siete de la mañana— comenzaba a formarse una larga serpiente humana en la calle, un río silencioso de fe que avanzaba lentamente hacia la Sagrada Imagen. Cuatro y hasta cinco horas de espera no frenaron a quienes habían venido a verla, a rezarle, a llorar delante de ella. “Lo que hemos vivimos estos días no se olvida en la vida”, comenta a Religión Confidencial un devoto.
La Hermandad decidió situar a la Virgen al pie del presbiterio, cercana, accesible, casi al alcance del latido de quienes habían pasado meses deseando reencontrarse con su mirada. Y esa mirada —esa que tantos temían perdida tras la polémica intervención de junio por Francisco Arquillo— es hoy precisamente la que más consuela: la que ha regresado.
La Esperanza Macarena recupera su mirada.
Foto: Emilio Sáenz, Hermandad de la Macarena.
"Esta preciosa. Ha recuperado su mirada"
Según confirman a Religión Confidencial fuentes muy próximas a la Hermandad, solo el restaurador Pedro Manzano, la comisión de seguimiento y la junta de gobierno anterior habían podido ver a la Virgen una vez concluida la restauración. Para todos los demás, estos días han sido una primera vez cargada de emoción.
“Está preciosa. Se ha recuperado totalmente su expresión, su mirada, sus ojos. Volvemos a tener a la Virgen totalmente reconocible”, explican a RC fuentes cercanas a la Hermandad.
Porque la fuerza de la Macarena está en su mirada, y esa mirada vuelve a ser la misma. Quienes ya han podido verla coinciden: su semblante está más claro, algo que ha sorprendido a muchos devotos. Pero tiene una explicación técnica. “Se le ha retirado suciedad acumulada durante años; es normal que ahora su tez aparezca más clara. Con las velas y el paso del tiempo irá recuperando el tono habitual en su camarín y en las procesiones”.
Conserva intacta su policromía original
Uno de los aspectos más celebrados por expertos y cofrades es que la Macarena conserva intacta su policromía original, la misma que guarda más de cinco siglos de historia. Para comprobarlo, se realizó una cata detrás de la oreja que confirmó su autenticidad. Conservar esa policromía es casi un milagro artístico.
La hermandad explica el proceso de restauración en un comunicado: "En cuanto a la intervención sobre las zonas visibles de la Sagrada Imagen, se han tenido en cuenta dos criterios adicionales a los habituales en este tipo de intervenciones: el de la desrestauración y el de la restitución postraumática".
La restauración ha permitido también recuperar la fuerza de una de sus señas de identidad: sus ojos. “Esa mirada que no era la suya tras la intervención de junio se ha recuperado por completo”, explican las mismas fuentes. Los párpados vuelven a presentar su línea original y las pestañas, aunque nuevas, reproducen exactamente las que siempre tuvo la Virgen.
Videos de devotos rompiendo a llorar
En redes sociales, la emoción desbordó cualquier previsión. Vídeos de devotos rompiendo a llorar al verla, fotos de las interminables colas nocturnas y mensajes de agradecimiento a la Hermandad se multiplicaron en X (Twitter) durante todo el puente. “Sevilla entera ha dormido muy tranquila”, decía un hermano de la corporación a RC, sintetizando lo que muchos repetían en voz baja durante estos días.
La Hermandad de la Macarena quiso agradecer públicamente las muestras de cariño, así como las ofrendas florales recibidas, especialmente de hermandades hermanas. “Que la Santísima Virgen, en sus advocaciones del Rocío y de la Esperanza, bendigan a vuestra Hermandad y a todo el barrio”, publicaban en sus canales oficiales.
Tres días completos de veneración han marcado este retorno histórico al culto. Desde el lunes 8 —festivo nacional, fiesta de la Inmaculada Concepción— hasta la noche del miércoles 10, la Basílica permaneció abierta para permitir que todos los fieles pudieran acercarse. Hoy día 10, al cierre del templo, la Virgen regresará a su camarín, desde donde continuará recibiendo visitas en las próximas semanas.
No se han presentado denuncias
En medio de la intensa emoción, lo cierto es que de momento no se han presentado denuncias por parte de Francisco Arquillo ni de su hijo David, responsables de la intervención cuestionada el pasado junio. Tampoco la junta en funciones —que será relevada este sábado 13 con la toma de posesión de la nueva junta de gobierno— ha emprendido acciones legales. Varios hermanos, sin embargo, insisten en que la junta saliente “debió hacer un seguimiento más riguroso de la restauración inicial”.
Aun así, lo que hoy pesa más que cualquier debate es el alivio colectivo: la Esperanza Macarena ha vuelto y lo ha hecho con toda su identidad recuperada. Para muchos sevillanos, esta restauración supone no solo un gesto artístico, sino casi un acto espiritual de reparación. La Virgen vuelve a mirar como siempre. Vuelve a hablar con los ojos. Vuelve a ser Ella.
En la Basílica, las velas siguen encendidas y el murmullo de plegarias continúa. Sevilla respira. La Esperanza ha vuelto.